Hazme una hierba de tu inmenso campo,
Una leve brisa que anuncie el vendaval,
Una luciérnaga de luces tenues,
O un simple reflejo de tu manantial.
Hazme una flor, pequeña, frágil,
En tu inmensa llanura, grande e imponente
Una estrella lejana y tintineante,
En el enorme espacio de tus soles radiantes.
Hazme una pequeña parte de tu inmensa obra,
Tan solo un ladrillo de tu enorme templo.
Un destello tan solo, de tu luz radiante,
Una nota pequeña de tu sinfonía.
Haz lo que tú quieras con mi simple vida
Con mis manos, mis piernas, mis ojos, mis oídos,
Con todos mis sentidos, mis emociones todas,
Que todo lo que soy, se haga algo en tus dedos.
Haz al fin conmigo, lo que tú dispongas,
Que todo mi ser en tus manos quede,
Pero por favor te pido, da sentido a mi vida
Usame en tu obra, tu que puedes y quieres.
Juan Edelmiro Acuña
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