Nada más hermoso que cultivar nuestro jardín con rosas de todos los colores diferentes. Ellas visten nuestra casa con un vestido especial, con las marcas en nuetras manos como las de una diseñadora que trabaja en su hogar para Dios; por lo tanto sentimos que ésta sublime tarea nos hace sus colaboradoras en esta hermosa creación. Es amar el hogar, a nuestro esposo, a nuestros hijos. También desayunar con un ramo en la mesa , le da un toque especial a nuestro sagrado hogar. Esta por ejemplo la cultivé de un gajito que me diera mi padre que ya no está.
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